Nacida en Buenos Aires, Argentina,  en 1964, Inés de Oliveira Cézar inserta en sus películas la geografía de su país, a veces como marco de la historia y a veces desempeñando un lugar protagónico. Por ejemplo, en Extranjera, las montañas a las afueras de Córdoba dotan a la película del escenario perfecto para representar el árido entorno geográfico que rodea a los personajes, los cuales se encuentran a merced de los dioses. En El recuento de los daños, Oliveira sitúa la acción en Rosario porque dice que esta ciudad argentina combina perfectamente belleza y paisaje industrial: "para el rodaje tenía que ser Rosario. Porque era el único lugar que tenía esta cosa súper bucólica, con una costanera que por un lado te hiere con la belleza que tiene y a la vez también cuando ves esas fábricas flotando, con los barcos que cruzan. Hay belleza y a su vez presencia de lo fabril, de lo industrial" (Linterna mágica).  En Cassandra, le toca el turno a la abandonada región de El Chaco, que se convierte en este caso en más que un entorno. La película muestra la pobreza de sus habitantes, sus parajes secos, el polvo, las rocas y los cactai, además de  la miseria, la falta de apoyos, la ausencia de tracición y la desesperanza.

     Oliveira no sólo selecciona con cuidado la ubicación de sus películas, sino que pone también especial atención al concepto de tiempo. La mitología es un tema recurrente en sus largometrajes, donde se las ingenia para conectar culturas separadas tanto en tiempo como en espacio; Oliveira consigue este efecto mostrando dichas culturas en la pantalla como si fueran parte de una misma unidad. En relación a este aspecto, Cynthia Tompkins dice: "the director goes beyond Tarkovsky's notion of inscribing time in actions by tracing similarities between civilizations in different geographical locations and periods. [...] In Extranjera and El recuento de los daños, the gesture of cultural crossover is set against ancient Greek myths rehearsed repeatedly through the cycle of tragedies" (Experimental Latin American Cinema, 186).

    Si Extranjera presenta una versión personal de una de las tragedias de Eurípides, El recuento e los daños hace referencia a Oedipus Rex. Y aunque Cassandra no ofrece una relación tan directa con los clásicos griegos, el nombre de la protagonista (que coincide con el nombre que da título a la película) nos hace pensar en la princesa de Troya de la obra de Esquilo, también llamada Casandra, una mujer que podía ver el futuro aunque nadie la creyera.  Cuando le preguntan acerca de su interés en los mitos griegos, Oliveira responde: "Los mitos griegos no tiene fecha de vencimiento, pueden ser tomados y reinterpretados en cualquier momento histórico y cualquier contexto cultural" (escribiendocine).

     Una característica más que define las películas de esta directora es la mezcla que hace en ellas de ficción y documental. Oliveira piensa que la ficción y el documental son dos caras de la misma moneda: "Ficción y documento, con sus límites difusos, forman parte de la misma narración" (escribiendocine). De hecho, su útimo proyecto, dirigido en colaboración con Saula Benavente y titulado Gule, gule, crónicas de un viaje, es un documental.

María José Domínguez

Arizona State University