María Luisa Bemberg nació en una familia tradicional de la aristocracia bonaerense. De acuerdo con las normas patriarcales de la época, ella no fue permitida recibir una educación formal. Sin embargo, su curiosidad intelectual voraz, creatividad desbordante y voz contestataria le llevaron a ser una de las directoras y guionistas más célebres de América Latina.

Después de trabajar como escritora y directora teatral, Bemberg empezó a escribir guiones de cine con considerable éxito. Sin embargo, se volvió desilusionada con la manera en la que los directores masculinos interpretaron sus guiones, y decidió forjar nuevos caminos al dirigir sus propias películas. Su ópera prima, Momentos (1981) desmitifica la existencia asfixiante de la mujer de clase alta a través de una protagonista descontenta e inconforme. La problemática femenina y el enfrentamiento entre la mujer y la sociedad patriarcal argentina forman dimensiones temáticas imprescindibles de sus películas. Co-fundadora de la Unión Feminista Argentina, el compromiso feminista de la directora se manifiesta más allá de la pantalla cinematográfica.

En sus películas posteriores, la búsqueda de la mujer de su propia independencia y la crítica hacia las estructuras patriarcales de poder se vuelven temas universales. Camila (1984), una historia trágica sobre la relación amorosa entre las figuras históricas Camila O’Gorman y el cura Ladislao Gutiérrez durante la dictadura de Juan Manuel de Rosas, fue nominada al Óscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa. También dramas históricos, Miss Mary (1986) demuestra la hipocresía y el autoritarismo de una familia terrateniente de los años 30, y la célebre Yo, la peor de todas (1990) representa los últimos años de Sor Juana Inés de la Cruz, ampliamente considerada como la primera feminista latinoamericana. Su último film, De eso no se habla (1993), explora la interseccionalidad entre varias formas de diferencia a través de la figura de una enana en busca de la independencia. Con respecto a la temática feminista en sus obras, Bemberg comenta: “Elegí a Camila y a Sor Juana por transgresoras. La idea era mostrar dos mujeres que de alguna manera se atreven a salirse del molde. Las mujeres se han quedado encerradas en sus casas durante mucho tiempo, mansas y calladas. … Recién ahora están empezando a partir de sí mismas” (Kinetoscopio).

Vera R. Coleman

Arizona State University